La Fase III debe comprender toda la vida del paciente, siendo sus principales objetivos el mantener hábitos saludables, seguir el tratamiento y la evolución de la enfermedad adecuadamente, asegurar el control de factores de riesgo, evitar recaídas y reforzar los conocimientos y habilidades aprendidas. La pertenencia a un grupo durante esta Fase es de vital importancia en orden a evitar el alto número de abandonos en sus actividades. Las Asociaciones de Pacientes Cardíacos juegan un papel fundamental para conseguir los objetivos de la Fase III, ya que favorece y estimula la formación continuada del paciente en los temas relacionados con su enfermedad. El paciente, como individuo, obtiene beneficios incuestionables puesto que el grupo ayuda a perseverar en el mantenimiento de hábitos saludables. El grupo aumenta la adherencia a la práctica de actividad física y al ejercicio. La relación entre sus miembros aporta importantes beneficios psicológicos. En definitiva, las Asociaciones de Pacientes Cardíacos juegan un papel trascendental en la prevención, rehabilitación y seguimiento de la enfermedad. Son absolutamente imprescindibles para prolongar las actividades de Fase III durante toda la vida y colaboran, por su gran incidencia social, en la prevención de las enfermedades cardiovasculares del paciente, de su entorno familiar y social y de la población en general. Ya sabes que lo importante es que sigas entrenándote para que así se asegure el mejor pronóstico de tu proceso.
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